MODELO ACOMPAÑAMIENTO

“Los argumentos convencen de su verdad, los relatos de su semejanza con la vida”

        (Bruner 1986/96, p.23)

El conocimiento narrativo nos permite alejarnos por un momento de lo fiable y pasar al significado de la experiencia. Queremos en este espacio virtual de la asociación poder plasmar la manera en la que damos sentido a nuestra experiencia, los resultados de nuestro pensamiento narrativo, los cuentos que nos contamos y que contamos, las historias con las que nos despertamos y existimos en relación al mundo, al entorno, a fenómenos como la adicción, el vih, las relaciones humanas, las historias que conforman los marcos en los que nos relacionamos,… Ese conjunto de relatos sobre nuestra mirada conforma nuestro modelo de acompañamiento que cristaliza en cada centro, en cada espacio, en cada conversación.

Con nuestros microrelatos y macrorelatos (internos o externos, públicos o privados) enfocamos nuestro liderazgo, nuestras posibilidades de cambio, nuestro conocimiento y el de aquellos y aquellas con las que nos relacionamos. Confiamos en que los cuentos que nos contamos nos ayudan a desarrollarnos personal y colectivamente.

Porque toda historia que uno o una narra, antes ha pasado por su alma y la ha hecho suya (Xavier P. Docampo) y toda esa historia narrada conforma una forma de ser, una forma de hablar, una forma de estar, una forma de observar el mundo y aquello que nos rodea.

Esa forma conforma nuestro modelo de acompañar, que desea ser:

  • pragmático: narramos que el uso de drogas es una característica común y duradera de la experiencia humana, que el uso de drogas lleva a beneficios para la persona y que se deben tener en cuenta para acompañar de manera eficaz. La contención y reducción de daños en general (cuidado de la salud) es una opción más pragmática que los esfuerzos para eliminar el foco del daño desde nuestro lugar.
  • competencial: porque damos prioridad en nuestras relaciones y en las interacciones con las personas usuarias a la adquisición y devolución de competencias con una jerarquía de objetivos. El objetivo inmediato de que la persona participe de forma proactiva y fomente el cambio en la comunidad. El logro de las metas realistas más inmediatas es visto como un primer paso esencial hacia una vida libre de riesgo, abstinente o con una mejor calidad de vida. El modelo de T4 quiere acompañar a las personas trabajadoras y usuarias, voluntariado, entorno, sociedad,… a desarrollar la mejor versión de sí mismas.
  • enfocado en la calidad de vida, no en la abstención en relación con la adicción: no presupone ni marca como requisito el objetivo de la abstinencia. Creemos que la mejora de la calidad de vida no tiene que tener como objetivo en sí mismo el tratamiento ante cualquier otra enfermedad o entender que porque la persona sea consumidora haya de tomar o seguir tratamiento alguno.
  • reductor de riesgos, de daños, de elementos estresores: nuestro modelo implica la involucración de la persona en un proceso de identificación, medición y evaluación de la importancia de los daños relacionados con su situación así como los costes de lograrlo y los beneficios de su paliación y/o eliminación en muchos ámbitos de su vida y no sólo en el del consumo. Deseamos por tanto como entidad reducir los riesgos, los daños y los elementos estresores que generan las interacciones, los sistemas de relación en todas direcciones.
  • humanista: la decisión de consumo de la persona adicta se acepta con un enfoque humanista. Las decisiones en relación con la vida, la salud, la vivencia de la enfermedad, así como aspectos personales, íntimos, etc. son aceptados en todos los espacios, marcos y encuadres de relación. No hay juicio moral que condene o apoye el uso de drogas o la infección por vih-sida, la opción por vivir o morir, cualquier condición. Se respetan los derechos y deberes de la persona, usuaria, trabajadora, voluntaria, en prácticas. Este tipo de enfoque también reconoce que, para muchas personas, su situación biológica, psicológica y social será crónica y recidivante y otras vivirán ciclos vitales más o menos equilibrados.
  • relacional: los riesgos y los daños no sólo se evalúan y tratan en referencia al consumo o la enfermedad unidireccionalmente hacia el usuario o usuaria sino también al cuidado de la salud personal y comunitaria y la vulnerabilidad relacional y en todas direcciones: proporciona vías a respuestas que reducen el riesgo por lo que los daños pueden reducirse o evitarse en otros ámbitos y sistemas como el que afecta al crecimiento personal de cada hombre o mujer que conforme T4. Nos contamos, desde la perspectiva sistémica, que el grupo y los subgrupos en los que estamos nos condicionan, pudiendo a su vez transformarlos.
  • participativo: el modelo de T4 quiere desarrollarse desde un enfoque participativo, gestionado por procesos. Creemos que los factores biológicos, psicológicos (pensamientos, emociones y conductas) y socio-relacionales juegan un papel importante en la actividad humana. La salud y la calidad de vida es una combinación de factores no resguardados bajo el único paraguas del tratamiento. Aceptamos también otros relatos, otras narraciones, los cuentos que nos cuentan.
  • comunitario: la psicología comunitaria fue creada con el objetivo de permitir a las personas resolver sus problemas por sí mismas, a ser autónomas para ejercer poder sobre su bienestar emocional. Creemos en el desarrollo y progreso de todas las personas que componemos T4, de su entorno, de sus espacios vitales, de sus hábitats y de las relaciones con la sociedad, con el fin de generar cambios cuantitativos y cualitativos en la calidad de vida de todas y todos ayudados de un enfoque motivacional que derribe condicionantes visibles u ocultos.
  • indagativo: La perspectiva relacional, base de este modelo de acompañamiento es un enfoque, una manera de ver y de contar la realidad de la organización y de las personas que la componen. Una mirada a la realidad, a la persona, al entorno, programas, contexto, a los demás servicios, a la comunidad… la apertura de nuestro enfoque nos ayuda a dialogar con la realidad, con el entorno, con las personas, con nuestro yo. Nuestro modelo es por tanto un modelo indagativo en lugar de propositivo. Un modelo que postula la auto-crítica y el auto-cuestionamiento, el crecimiento personal de todas y todos, el encuentro con los límites personales, los miedos, las zonas más oscuras, más sombrías.
  • generador de nuevas posibilidades: la filosofía del lenguaje y de ella la ontología ayudan a observar la forma de ser, la manera de ser que la entidad tiene en el mundo, nos hace conscientes de la corporalidad y emocionalidad en la sociedad y muestra la capacidad infinita de aprender, de reconocer lo que todos y todas sabemos, generando posibilidades, abriendo vías a lo desconocido a través del lenguaje y la acción. La relación de ayuda mutua de la entidad se basa en la conversación, contempla el silencio, la escucha y el habla ligadas a la emoción y la corporalidad. En los relatos contamos interpretaciones, no realidades. A lo largo de todo el proceso transformacional que vivimos junto a la comunidad, junto a las personas que acompañamos y junto a aquellas que nos acompañan, deseamos hacer incursiones en espacios lejanos al confort para seguir creciendo como hombres y mujeres.

(Este modelo de observación, de relación, conlleva una serie de retos debido al intento de adaptación a la realidad y al momento presente, definidos y explicitados como Factores Críticos de Éxito en esta misma pestaña de la web).

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